Tratamiento de la diabetes tipo 1 con células
madre; importante avance científico
Uno
de las áreas biomédicas en donde se ha puesto más esfuerzo para poder utilizar células
madre con fines terapéuticos es la diabetes.
En
gran parte ello es debido al trabajo de Douglas Melton y su equipo, impulsado
por la circunstancia de que Melton tiene dos hijos que padecen diabetes de tipo
1. El primero de ellos fue diagnosticado de esta enfermedad cuando era un
niño y el segundo, una niña, cuando tenía 14 años.
Tratamientos de la Diabetes
Durante
dos décadas el equipo de Melton, en Harvard, ha intentado buscar nuevas
posibilidades para tratamientos de la diabetes con células madre. Ahora publican un
artículo en Cell (159; 467-468, 2014) en el que da un paso importante para
convertir células madre humanas en células β-pancreáticas funcionantes.
Es
sabido, que las células β-pancreáticas en la diabetes de tipo 1 son destruidas
por un ataque inmunológico del propio paciente, siendo esto la causa de la
enfermedad.
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En
los trabajos de Melton, las células β-pancreáticas producidas pueden liberar
insulina, igual que las células pancreáticas normales y si se implantan en
ratones diabéticos hacen remitir su enfermedad.
En
los trabajos de Melton las células β-pancreáticas se pueden obtener tanto a
partir de células madre embrionarias, como de células iPS,
derivadas de los
propios pacientes.
Principal hallazgo
El
principal hallazgo del trabajo publicado en Cell es que se pone a punto un
método que permite trasformar directamente, tanto las células madre
embrionarias, como las células iPS, en células β-pancreáticas. Ello ha supuesto
al equipo de Melton y colaboradores una década de intenso esfuerzo
experimental.
El
protocolo seguido por el equipo de Harvard es reproducible, pero laborioso,
pues a las células madre se les hace crecer en un medio de laboratorio con 5
diferentes factores de crecimiento y 11 factores moleculares, que incluyen
desde proteínas hasta azúcares, que se van añadiendo en proporciones precisas
hasta obtener las células β-pancreáticas. Seguramente el aspecto técnico más
novedoso es que con este método se consigue producir 200 millones de células
β-pancreáticas en una sola muestra de 500 mililitros, en teoría cantidad
suficiente para tratar a un paciente. Otro aspecto también importante, según
Melton, es que las células β-pancreáticas se pueden derivar tanto de células
madre embrionarias como de células iPS.
Sin
embargo, algo hasta ahora no resuelto es que los pacientes con tratamiento de
diabetes tipo 1 pueden rechazar las células trasplantadas por un mecanismo
inmunológico, pero Melton y su grupo están tratando de solucionar esta
dificultad encapsulando físicamente las células β-pancreáticas obtenidas para
hacerlas resistentes a los ataques inmunológicos.
Sin
duda, es éste un importante avance científico, que abre una puerta al
tratamiento de una enfermedad tan prevalente como la diabetes de tipo 1, y que
desde un punto de vista ético tiene la gran ventaja de que para producir las
células β-pancreáticas se pueden utilizar células iPS
del propio paciente, lo que soslaya la dificultad ética existente cuando
para conseguir dichas células se utilizan células madre embrionarias.
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