Dile NO al cigarrillo. |
QUE ES LA DIABETES MELLITUS - MÉXICO CONTRA
AUSTRALIA: LA DEFENSA DEL CIGARRO
El Gobierno de México, que abogó ante la Organización Mundial de
Comercio (OMC) en contra de las etiquetas de Ecuador (que alertan
explícitamente al consumidor sobre el contenido de refrescos y productos
chatarra), ya tiene camino andado en la defensa de los intereses de los grandes
corporativos transnacionales, de acuerdo con documentos en poder de SinEmbargo.
Para obtener más información de que es diabetes mellitus, ingresa en:
México
envió al representante de Ecuador del Punto de Contacto y Centro de Información
Nacional sobre Obstáculos Técnicos al Comercio, en junio de 2014, un alegato
que busca que las etiquetas en los refrescos y otros alimentos que utilizan
transgénicos, altas dosis de azúcar y colorantes, no sean tan específicas a la
hora de alertar al consumidor. La defensa de las autoridades mexicanas
(contraria al discurso del Presidente Enrique Peña Nieto del pasado 31 de
octubre de 2013, cuando presentó la Estrategia Nacional para la Prevención y
Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes) busca conservar el actual
etiquetado que, denuncian las organizaciones de salud, son confusas, son
promovidas por las propias empresas y no alertan sobre los riesgos.
Pero
antes, Juan Antonio Dorantes Sánchez, director general de la Subsecretaría de
Comercio Exterior de la Secretaría de Economía (SE), participó en la defensa de
la industria del tabaco en páneles internacionales. Utilizó argumentos que
favorecen a la industria y abandonan al consumidor final.
En
México, los problemas de salud relacionados con la ingesta de estos alimentos
que defiende su gobierno, provocan pérdidas cercanas a los 85 mil millones de
pesos, sólo en una de las principales enfermedades, que es la diabetes mellitus2. La industria de los refrescos y azúcares es de este tamaño y tiene uno
de los lobbys más poderosos económicamente en el mundo, que participa
activamente en las cúpulas tomadoras de decisión de los gobiernos en todo el
planeta.
Igualmente,
el consumo de tabaco provoca cerca de 90 mil muertos en México cada año.
A
FAVOR DEL TABACO
En
2011, México emprendió una defensa similar a la que después haría por el
etiquetado laxo. En aquella ocasión fue con la industria tabacalera. El
funcionario encargado fue el mismo, aunque con distinto Presidente: entonces
era Felipe Calderón Hinojosa el Jefe del Ejecutivo.
En
aquel año, a través de la Secretaría de Economía, Juan Antonio Sánchez
Dorantes, mismo personaje que firmó el documento de defensa de las empresas de
azúcares, expresó en un documento la “preocupación” del Estado mexicano por las
medidas emprendidas por Australia para implementar el empaque genérico en las
cajetillas de cigarros.
En
el documento que va dirigido al Secretario del Comité de la Comisión Permanente
de Salud y Geriatría y a la Cámara de Representantes del Parlamento
australiano, México criticó que tan sólo por la búsqueda de “objetivos
legítimos” de aquel país, se crearan obstáculos innecesarios al comercio
internacional, y en consecuencia, una restricción más “que resulta poco
necesaria”.
La
propuesta de Australia fue la de implementar un empaque genérico, en el que ya
no pudieran verse ningún tipo de símbolos, logos o detalles de diseño; el color
de todas las cajetillas de cualquier marca sería el mismo, al igual que el
estilo de fuente y el tamaño de la información, es decir, ya no contempla
ninguna publicidad o promoción dentro o adjunto al empaque.
La
decisión fue tomada a partir del impacto de la publicidad en las personas. En
el caso de los cigarros, de acuerdo con los estudios científicos que se
realizaron en aquel país, las personas suelen desarrollar fidelidades de marca,
adoptan elementos de éstas a su personalidad, características y hábitos, con
logotipos, slogans, y con la
idea de que necesitan consumir determinado producto; todo eso a través de un
paquete. Esta medida busca generar un mayor impacto en la población menor de
edad.
Esto
le costó demandas internacionales por parte de la industria tabacalera y de
países como Ucrania, Indonesia, Honduras, Cuba y República Dominicana.
En
el mismo documento, México fue claro. Señaló que estaba de acuerdo con el
interés de las autoridades sanitarias de Australia para emitir todos los
reglamentos necesarios para proteger sus objetivos y, fundamentalmente, la
salud humana, sin embargo, consideró que la medida podría ser innecesariamente
restrictiva, ya que hay otras maneras de satisfacer el objetivo legítimo de
protección de salud de una manera “onerosa”, “sin la necesidad de restringir la
publicidad o promoción de los paquetes de tabaco”.
El documento en el que
la Secretaría de Economía presenta sus inconformidades marca copia para
distintos funcionarios, entre ellos Mikel Arriola, presidente de la Comisión
Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris); Fernando de
Mateo, representante permanente de México en la Organización Mundial de
Comercio (OMC), y José Rodrigo Roque Díaz, director general del Instituto
Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI).
Este
convenio se aprobó en 2003 como “respuesta a la globalización de la epidemia de
tabaco y es un instrumento basado en pruebas científicas que reafirma el
derecho de todas las personas al goce del grado máximo de salud. El Convenio
representa un hito para la promoción de la salud pública y proporciona nuevas
perspectivas jurídicas de cooperación internacional en materia de salud”, dice
la OMS en su portal de Internet.
Philip Morris tiene 53
centros de fabricación en todo el mundo y su principal línea de cigarros es
Marlboro. En 2013 tuvo ingresos netos por más de 80 mil millones de dólares y
un beneficio bruto de 20 mil millones de dólares.
British
American Tobacco, por su parte, tiene en México el 35 por ciento del mercado y
produce 28 millones de cigarros al año, que distribuye en más de 220 mil puntos
de venta a través de 12 marcas.
Finalmente,
Japan Tobacco, que ocupa el tercer lugar en este mercado, registró en 2013
ventas netas por más de mil millones de dólares.
Más
recientemente, la Cofepris también salió en defensa de estas industrias. Fue en
2010 cuando en los empaques de cigarros, por disposición de la Secretaría de
Salud (SSa), se comenzaron a utilizar pictogramas con los riesgos que provoca
fumar.
Las
ocho imágenes cubrieron de entrada una cuarta parte del empaque y fueron
seleccionadas por la SSa. Están en la parte superior de la cara frontal y en el
100 por ciento de la parte posterior es un fondo negro con las advertencias en
letras color amarillo.
De
acuerdo con el Diario
Oficial de la Federación (DOF),
la Ley General para el Control del Tabaco estableció que se utilizarían dos
imágenes por cada trimestre.
En
opinión del abogado, esta disposición colocó a México en la vanguardia de
políticas públicas anti tabaco. Sin embargo, el avance del proyecto se frenó,
ya que no hubo un seguimiento adecuado y no se trabajó en más pictogramas, por
lo que los existentes se siguieron utilizando.
Mikel
Andoni Arriola Peñalosa, que fue designado Comisionado presidente de la
Cofepris en 2011, ha optado por la protección y condescendencia a las empresas.
La
respuesta de la Cofemer, con el folio COFEME/15/0189, fue dirigida a Arriola
Peñalosa y a la Secretaría de Salud: “Con fundamento en los artículos […] de la
Ley federal de Procedimiento Administrativo (LFPA), esta Comisión exime a la
SSA de presentar la manifestación de impacto regulatorio correspondiente”.
Actualmente se están
disputando las demandas entre Australia y los países y la industria, “ellos
están haciendo sus argumentos, están entregando pruebas y se prevé que el caso
pueda resolverse en 2015 […] El hecho de que tengas al Estado mexicano
emitiendo este tipo de opiniones, que son el mismo discurso de las industrias,
refleja la posición que quiere el Estado y a quién o quiénes busca favorecer.
Es
peligroso para los consumidores y para la población en general. Si un día
México quisiera adoptar las mismas medidas que Australia adoptó con el tabaco,
tendrá varios problemas por la postura de las industrias que hacen este tipo de
acciones con la finalidad de inhibir a los países que busquen implementar
buenas políticas públicas en salud en materia de tabaco”, enfatizó.
UN MÉXICO ENFERMO
Con
más de 60 millones de sus habitantes con sobrepeso u obesidad y un gasto a la
sociedad de 85 mil millones de pesos al año relacionados únicamente con los
enfermos de Diabetes tipo 2, México vive actualmente una epidemia que
está mermando su economía, productividad y sobre todo, está discapacitando y
matando a su población.
Entonces,
¿por qué mantiene un etiquetado promovido por la industria, que se ha probado
poco efectivo, confuso y engañoso en alimentos chatarra?, ¿por qué favorece el
ambiente obesogénico que las grandes corporaciones han establecido en el país?,
¿por qué antepone intereses empresariales al derecho a la protección a la salud
de sus habitantes, establecido en el artículo 4 Constitucional?
México
es el país número uno. En 2013 desfalcó a Estados Unidos como la nación más
obesa del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), con 32.8 por
ciento de sus adultos obesos.
Al
año siguiente, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) expuso
que 4.1 millones de niños padecen de esta condición, nuevamente, más que en
cualquier otro territorio, haciendo de la obesidad y el sobrepeso dos de los
principales problemas de salud pública del país, lo que deriva en una gasto del
presupuesto para atender estos padecimientos del 7 por ciento del Producto
Interno Bruto (PIB).
De
acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2012, elaborada por
el INSP, en total 60.6 millones de personas tienen obesidad o sobrepeso; es
decir, un 52 por ciento de los mexicanos. De ellos, 12 millones son menores de
20 años. Asimismo, una proyección realizada por la Universidad de Michigan,
pronosticó que uno de cada tres niños mexicanos sufrirá diabetes en su vida.
“México
está inmerso en un proceso de transición donde la población experimenta un
aumento inusitado de IMC excesivo (sobrepeso y obesidad) que afecta a las zonas
urbanas y rurales, a todas las edades y a las diferentes regiones”, escribió el
Instituto en sus conclusiones, que además arrojaron que uno de cada tres
adolescentes de entre 12 y 19 años presenta alguna de estas dos condiciones.
En
consumo, México no se queda atrás, un estudio de la organización civil
internacional Oxfam y la mexicana El Poder del Consumidor, dado a conocer en
2014, concluyó que cada año se ingieren 163 litros de refresco per cápita,
cantidad que sobrepasa por 40 por ciento la del segundo sitio (EU, con 118
litros). En postres, señalados como pastelillos por la ONG, cada habitante del
país puede llevarse a la boca hasta 19 kilos anuales.
A
inicios de este año, el Instituto Nacional para la Competitividad (IMCO)
presentó su informe “Kilos de más, pesos de menos: Los costos de la obesidad en
México” en el que destacó que la sociedad mexicana desembolsa más de 85 mil
millones de pesos anuales, sólo en tratamientos, muertes prematuras y
ausentismo laboral de las personas con diabetes mellitus tipo 2, uno de los
muchos padecimientos asociado con la gordura, el cual deja anualmente 59 mil 83
fallecimientos, sólo por detrás de las enfermedades cardiovasculares y por
delante del cáncer, entre las principales causas de mortandad.
Por
su parte, el INSP publicó en enero de 2013 el artículo “Obesidad en México:
Costos e impactos en la salud” en la revista inglesa Public Health Nutrition, el
primero en su tipo en documentar la carga económica que dejaba atender
padecimientos relacionadas con el exceso de peso, tales como la diabetes 2,
enfermedad coronaria, derrame cerebral y ocho tipos de cáncer, entre ellos, el
de seno, colon, riñón, endometrio y esófago.
Las
conclusiones del equipo en el que participó el doctor Simón Barquera, director
de Investigación en Políticas y Programas de Nutrición y la doctora Luz María
Sánchez, de la Unidad de Investigación en Enfermedades Crónicas y Dieta,
determinaron que en el año 2010 el gasto en obesidad fue de 806 millones de
dólares, y que de seguirse la tendencia, para 2050, año en el que sólo el 12
por ciento de los hombres y el nueve por ciento de las mujeres tengan un peso
considerado normal, el gasto será de 1.7 mil millones de dólares.
En
un país en el que las personas consumen más bebidas azucaradas que fruta y los
10 millones de mexicanos con menor ingreso invierten el triple de su gasto en
refrescos que en leche, según la FAO. arrojen datos como que una de cada 10 muertes por diabetes y enfermedades
cardiovasculares en el país se debe al alto consumo de bebidas azucaradas, es
decir, aproximadamente 15 mil.
Nuria Urquía, representante
de este organismo en el país, dijo que en México existe una “doble carga de
desnutrición y obesidad”, y explicó que la disponibilidad de calorías en el
país es de tres mil 180 por persona, 500 más de las recomendadas por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ante
un problema de salud público de estas dimensiones, ¿por qué el gobierno
mexicano sigue atentando contra sus propios intereses?
La
industria que está defendiendo México es un conglomerado de empresas que tienen
presencia en varios países y que por años, sus ingresos netos han registrado no
más que ganancias.
No
hay documentos que muestren el nombre de las empresas que están detrás o que
comprueben el conflicto de interés, sin embargo, los nombres de las empresas
que con sus productos han desatado las cifras de obesidad, son conocidos:
Coca-Cola, PepsiCo, Nestlé, Bimbo, Danone, Kellog´s, McDonald’s, Unilever y
Jumex.
En
2003, Nestlé registró un crecimiento orgánico de 4.6 por ciento y de 3.1 por
ciento de crecimiento interno real. La empresa tiene presencia en los cinco
continentes y en América registra un crecimiento de 5.1 por ciento y ganancias
por más de 441 billones de pesos.
De
acuerdo con información de la empresa, México está en la posición número cinco,
entre los países que más contribuyen a Nestlé.
También
en 2013, PepsiCo tuvo ingresos por 4 mil 300 millones de dólares, tan sólo en
México, gracias a productos como Sabritas, Gamesa, Pepsi y Sonric’s. A nivel
mundial,
Coca-Cola,
en 2013, reportó ingresos totales por más de 258 mil millones de pesos y
activos por 359 mil 192 millones de pesos.
En
las cifras de los últimos tres años Coca-Cola, sus ingresos no se han visto
alterados, ni a la baja. La empresa goza de alta estabilidad.
Danone
tuvo un crecimiento en sus ventas por 5.6 por ciento y sus acciones, en
periodos, suben hasta 3.4 por ciento. La ventas anuales varían entre los 7 mil
millones de dólares
Su
gran competidor, Unilever, reportó en 2013 una baja de 3 por ciento en el
consumo de sus productos a nivel mundial. En 2012, registró ganancias netas por
más de 28 mil millones de dólares.
Grupo
Bimbo tuvo en México ventas por 73 mil 179 millones de pesos, lo que representó
un incremento de 2.8 por ciento respecto de 2012. La utilidad neta de la
panificadora se situó en los 92 mil 99 millones de pesos.
McDonald’s
reportó ganancias trimestrales por mil 400 millones de dólares; es decir, 5 mil
600 millones de dólares. En México tiene más de 400 establecimientos.
Kellog’s,
por su parte, tiene ventas anuales de 12 mil millones de dólares y desde 2010
esa cifra se ha mantenido constante. En México comercializa 20 marcas
diferentes.
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