Diabetes Care - El entrenamiento
interválico es bueno para personas con diabetes
Desde
hace mucho tiempo a las personas con diabetes causas se les ha recomendado realizar
ejercicio físico con las premisas de que este sea de forma continua (paseos,
montar en bicicleta, nadar, etc.) que no nos fatigue o canse demasiado, y por
un tiempo prolongado de entre 30 y 60 minutos, durante al menos 5 días a la
semana. Este tipo de ejercicio es beneficioso para aquellas personas con
diabetes que tengan una baja condición física, ya que ayuda a mantener el nivel
físico, estabilizar los niveles de glucemia y llevar una vida más sana, además
de sentirte activo.
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Pero
¿qué pasaría si en vez de mantener el mismo ritmo lo fueses intercalando,
realizando tramos a intensidades altas y tramos a intensidades más bajas, el
llamado entrenamiento interválico? Pues bien, Kristian Karstoft (2013),
miembro del Centro de inflamación y Metabolismo del Departamento de
Enfermedades Infecciosas y CMRC en la Facultad de Ciencias de la Salud, de la Universidad de Copenhague, investigó
durante cuatro meses los efectos del ejercicio en tres grupos con diabetes Tipo 2. El primero caminaba 5 días a la semana, 60 minutos en cada sesión a un
ritmo constante y de intensidad moderada, intensidad que le supusiera el 55%
del VO2máx (capacidad física). El segundo realizaba un entrenamiento
interválico con cambios de ritmo en la misma sesión de entrenamiento con picos
de alta intensidad (>70% del VO2máx) y picos de baja intensidad
por debajo de la misma. Ambos grupos quemaban el mismo número de calorías en
cada entrenamiento para que este aspecto no afectara en el resultado final. El
tercer grupo hacía de control y no entrenaba.
Los
resultados mostraron que el entrenamiento interválico mejoraba los
valores del consumo máximo de oxígeno, así como una disminución de la masa
grasa total y visceral, disminuyendo considerablemente el riesgo de sufrir
episodios cardiacos adversos. Sobre las glucemias, tanto la glucemia en ayunas
o basal y la glucemia media de 24 horas disminuyeron en el grupo que practicaba
ejercicio inteválico. Mientras que el grupo que hacía ejercicio de forma
continuada mantuvo sus niveles glucémicos constantes.
Como
conclusión se puede decir que el entrenamiento a intensidad moderada y de forma
continuada mantiene estables los niveles de glucemia compensando el deterioro
que ésta pueda producir. Mientras que caminar de forma interválica alternando
ritmos de alta intensidad y de baja intensidad ayudan a aumentar el gasto
energético, mejorar el estado físico, la composición corporal y el control
glucémico.
Anteriormente,
Little J. P. (2011) miembro del Departamento de Kinesiología y Medicina de la
Universidad de Hamilton (Ontario, Canadá) pudo concluir en una de sus
investigaciones que entrenamientos de poco volumen y muy alta intensidad
(entrenamiento interválico, un 90% de la frecuencia cardíaca máxima) puede
mejorar rápidamente el control de la glucosa e inducir adaptaciones en el
músculo esquelético que están vinculados a la mejora de la salud metabólica. En
el que con entrenamientos de no más de 30 minutos y 3 días a la semana se
consiguió una reducción de la resistencia a la insulina considerable,
aumentando en un 369% la cantidad de transportadores de glucosa de las células
(GLUT4).
En
esta línea, O Peter Adams (2013) realizó una revisión de 14 investigaciones con
personas con y sin diabetes, de las que concluyó que el entrenamiento
interválico mejora los niveles de glucemia entre las 24 y 72 horas
posteriores al ejercicio tanto si se padece diabetes como si no, existiendo
poca posibilidad de que cause hipoglucemia durante la práctica deportiva. Pese
a ello termina concluyendo que no existen suficientes evidencias científicas
que aseguren su práctica, por lo que habría realizar más investigaciones que
sean capaces de concretar la frecuencia del entrenamiento, su intensidad y la
duración óptima para obtener los mejores beneficios sin correr ningún tipo de
riesgo.
Por
supuesto, lo más recomendable es no aventurarse y ponerse a entrenar por tu
cuenta. Antes de realizar cambios en tus hábitos deportivos, lo más
recomendable y sensato es que le preguntes a tu equipo médico y consultes a un
profesional de la actividad física y del deporte experto, sobre cómo poder
realizar un entrenamiento interválico que se adecúe lo mejor posible a tus
condiciones. Ya que, si padeces alguna complicación asociada a la evolución de
la diabetes, el asesoramiento profesional hará que, con un simple detalle,
pueda hacer que tu práctica deportiva pase de ser ineficaz a una herramienta
imprescindible en la mejora de tu salud. Esta persona puede guiarte en tus
entrenamientos, ayudarte a conocer tu cuerpo durante la actividad física y
enseñarte a realizar ejercicio físico evitando efectos adversos y exentos de
riesgos.
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