La Diabetes Afecta A Los Riñones? |
Como afecta la diabetes a los riñones - Nuevos hallazgos científicos explican el mal que afecta a los cañeros de
Chichigalpa
Epidemia IRC ligada a 'factores ocupacionales'
Estudio de Universidad de Boston revela que el
extenuante trabajo en los cañaverales durante la época de cosecha de la caña
está entre los factores de riesgo que causan la epidemia de Insuficiencia Renal.
Las extenuantes horas de trabajo que los cortadores
de caña de azúcar invierten durante la temporada de cosecha está entre los
factores que han desencadenado una mortal epidemia de Insuficiencia Renal
Crónica (IRC), que ha matado a miles de hombres en el occidente de Nicaragua,
cebándose con crudeza con la población masculina de la región de Chichigalpa,
departamento de Chinandega.
Como afecta la diabetes a los riñones
Esto afecta a los riñones
Esta es la principal conclusión de un estudio
liderado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston y
publicado en la Revista Internacional de Salud Ocupacional y Ambiental.
“Trabajadores de la caña en el noroeste de
Nicaragua experimentaron una disminución de la función renal durante la
cosecha, con los trabajadores de campo registrando el mayor riesgo, lo que
sugiere que el estrés por calor u otros factores ocupacionales pueden estar
jugando un papel en los altos índices de la enfermedad renal crónica en la
región”, informa la Escuela de Salud Pública en un artículo publicado en su
sitio de Internet.
Los investigadores de la Universidad de Boston,
encabezados por el doctor Dan Brooks, han trabajado desde 2009 en la región
occidental de Nicaragua para determinar si las condiciones laborales de los
cañeros inciden en las causas de la epidemia. Sus estudios no habían sido concluyentes,
y los expertos afirmaban que hay “incertidumbre” entre la comunidad científica
sobre el origen de esta enfermedad. Esta nueva investigación es un gran avance
para determinar los factores que generan esta epidemia, que ya ha matado a más
de 20 mil personas en Centroamérica, principalmente en Guatemala, Honduras y
Nicaragua.
“La epidemia no está relacionada con la diabetes o
la hipertensión, los conductores más comunes de la enfermedad renal en los
EstadosUnidos”, afirma la Universidad de Boston. “Los investigadores
encontraron que la función renal disminuyó durante la temporada de cosecha, y
que los trabajadores que llevaban más tiempo en el trabajo tenían una peor
función renal. Durante la temporada de cosecha, la disminución de la función
renal fue mayor entre los cortadores de semillas, encargados de riego y
los cortadores de caña, que realizan un trabajo extenuante en un ambiente
caluroso y húmedo. Los resultados proporcionan evidencia de que uno o más
factores de riesgo de la enfermedad son ocupacionales”, afirman los
investigadores.
“El equipo de investigación dijo que la hidratación
inadecuada también puede jugar un papel”, aseguraron.
Los científicos que trabajaron en el estudio de la
Universidad de Boston reclutaron a 284 trabajadores de la caña de azúcar en
siete áreas diferentes de Nicaragua, todos fueron hombres y con una edad media
de 34 años. Entre los exámenes que realizaron estuvieron la medición de la
albúmina en la orina, los niveles de creatinina y la tasa estimada de filtración
de glomerular en ambos como la diabetes afecta a los riñones. Estas pruebas se hicieron antes y al final de
la temporada de cosecha de la caña. Además, los investigadores preguntaron
sobre la cantidad de paquetes de agua y soluciones de electrolitos que los
trabajadores consumían durante un día normal de trabajo. Sin embargo,
advierten, que es necesario realizar más estudios para medir el impacto directo
que tiene la exposición de los trabajadores al calor y la deshidratación.
“Los resultados son consistentes con la hipótesis
de que el estrés por calor y deshidratación pueden jugar un papel (en la
enfermedad renal)”, afirman los investigaciones. “El estudio no encontró apoyo
para la hipótesis de que los productos químicos agrícolas son un agente causal
de la enfermedad renal”, agregaron, aunque afirman que son necesarias nuevas
investigaciones para descartar totalmente esta hipótesis.
La Universidad de Boston explicó que los
investigadores planean una nueva investigación para “cuantificar la exposición
al calor y agroquímicos entre los trabajadores manuales, incluidos los
trabajadores de caña de azúcar en América Central, y para determinar si estas
exposiciones están asociados con daño renal”.
La IRC no tiene cura, a menos que se haga un
trasplante de riñón, una operación que podría costar hasta 14 mil dólares, si
el paciente consigue donante. La enfermedad consiste en la pérdida de las
funciones normales del riñón, un órgano básico para la vida humana, que deja de
filtrar toxinas y otros desechos del cuerpo. Hasta ahora se desconocen a ciencia
cierta las causas de esta severa epidemia que afecta principalmente el
occidente del país, pero que castiga con furia a las comunidades de
Chichigalpa. La enfermedad se diagnostica a través de la medición de los
niveles de creatinina en el cuerpo, un desecho del metabolismo que excretan los como afecta la diabetes a los riñones. En un hombre los valores normales de creatinina son de 0.9 a 1.4. En
etapa terminal, los enfermos de IRC pueden registrar valores de creatinina
arriba de 20.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ya
había advertido en 2013 a los gobiernos de Centroamérica de la gravedad de esta
devastadora epidemia.
La OPS afirmó que “este tipo de enfermedad renal crónica
es un problema apremiante y grave de salud pública, tomando en consideración su
alta incidencia, prevalencia y mortalidad, así como la demanda insatisfecha de
atención de salud, y la carga para las propias familias, comunidades, los
sistemas de salud y la sociedad en general”.
El gobierno de Nicaragua, sin embargo, ha
demostrado indolencia ante la epidemia, además de una gestión ineficiente por
parte del Ministerio de Salud, que no ha desarrollado una estrategia nacional
para hacerle frente. La epidemia ha golpeado con fuerza a Chichigalpa,
municipio de 50 mil habitantes cuya población masculina se ha visto diezmada
por la enfermedad.
La investigación de la Escuela de Salud Pública de
la Universidad de Boston estuvo a cargo de Daniel Brooks, profesor asociado de
epidemiología; Madeleine Scammell y Michael McClean, profesores asociados de
salud ambiental; Rebecca Laws, estudiante de doctorado en salud ambiental;
investigadores del Centro Médico Tufts, del Departamento de Medicina de la
Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Yale.
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