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Como Bajar La Diabetes Con Remedios Caseros - ¿Quieres mantener saludables tus valores sanguíneos? Esto te interesará
A través un estudio de hematología podemos conocer los
valores de un conjunto de componentes de la sangre, que determinan funciones de
gran vitalidad en el cuerpo.
Son tantos los valores que pueden
resultar de una sencilla evaluación sanguínea; sin embargo, entre los más
conocidos se incluyen: hemoglobina, glicemia, colesterol, triglicéridos,
plaquetas, Transaminasas, calcio, sodio, entre otros.
Debido a que el ser humano
orgánicamente nunca se encuentra igual de un momento a otro, es completamente
normal que esos resultados varíen, en función de los elementos internos y
externos que lo afectan. También, factores como el ambiente, el sexo, la edad y
el grupo étnico al que pertenece la persona modifican los resultados de los
análisis sanguíneos, es por ello que aunque existen rangos y valores
referenciales no se puede hablar de valores normales, sino de valores promedio
para poblaciones determinadas, porque todo influye. En
cuanto al sexo, las actividades bioquímicas y hormonales son
diferentes, la edad influye, puesto que no es igual el metabolismo en un joven
que en un anciano y los grupos étnicos también son importantes, sobre todo en
países donde éstos se muestran bien diferenciados.
Adicionalmente, es fundamental que
las personas analicen las condiciones en que fue realizada la evaluación, para
tratar de aportar la mayor cantidad de datos al especialista, a fin de que se
lleve a cabo una interpretación adecuada. Aspectos como la hora del día en que
se practicó el examen, el tipo de alimentos y bebidas que se ingirieron el día
anterior, el consumo previo de algún tipo de medicamento e, incluso, la
situación emocional del paciente, son elementos que deben ser tomados en
consideración.
Existen más de 1.350 determinaciones
sanguíneas de utilidad clínica. Por su parte, es necesario clasificar los
exámenes, de acuerdo con el área de investigación. Aunque los más comunes son
la hematología y la química sanguínea, también existen otros relacionados con
inmunología, bacteriología, determinación de lípidos, virología y
parasitología.
La información de esta publicación es
solo con fines de orientación, para cualquier duda respecto a su salud debe
consultar con su médico de cabecera o especialista.
Para mantener los valores en su rango
regular es necesario que mantenga una dieta balanceada, donde abunden los
vegetales, frutas y cereales, y en la cual las grasas sean naturales. Además,
debe acompañar de ejercicios su alimentación para lograr un
equilibrio.
Hematología
Recuento leucocitario:
Es la cuenta total de glóbulos
blancos.
Diferencial leucocitario:
Estos incluyen los linfocitos, que
son los que producen los anticuerpos; los eosinófilos, que además de acabar con
los parásitos, destruyen las células cancerosas; los basófilos, que actúan
contra los alergenos; los monocitos, que eliminan células muertas y agentes
infecciosos; y los segmentados neutrófilos, que protegen al organismo de bacterias
y cuerpos extraños.
Los valores de referencia son de
5.000 a 10.000 unidades por milímetros cúbicos (mm3) en sangre periférica, de
los cuales, en un adulto sano el 60% corresponde a los segmentados neutrófilos
y el 40% a los linfocitos, eventualmente se verán eosinófilos y que están
reflejados en la casilla de porcentaje leucocitario. Si los leucocitos se
encuentran elevados podría tratarse de infección, intoxicación, quemadura,
enfermedad de la médula, como leucemia o linfoma o, incluso, una simple
respuesta al estrés. Por su parte, los valores bajos comúnmente se deben a la
presencia de una enfermedad viral, como dengue o gripe,
afecciones de la médula ósea o ingestión de algunos antibióticos y analgésicos.
Hemoglobina:
Es una sustancia orgánica compleja,
compuesta principalmente por hierro y proteínas. Es la que transporta el oxígeno dentro de los glóbulos rojos y guarda
una estrecha relación con los hematíes, por esto los valores elevados o bajos
de ambos hacen referencia a las mismas complicaciones. Los rangos son entre
12.5 y 16.5 gramos por decilitro (g/dl) para los hombres, y 11.5 y 15 para las
mujeres. Estos valores están sujetos a ligeras variaciones aún en muestras
diferentes tomadas el mismo día.
Hematíes:
Son los glóbulos rojos los que
transportan el oxígeno desde los pulmones hacia los
diferentes tejidos del organismo. El rango es de 4 a 4,5 millones por mm3 en
las mujeres, y de 4,5 a 5 millones por mm3 en los hombres. Los valores altos se
presentan cuando hay problemas respiratorios, en personas fumadoras y en casos
de deshidratación por diarrea, vómito o sudoración profusa; mientras que los
valores bajos indican anemia, hemorragia y enfermedad de la médula ósea. El
índice hematimétrico estudia la condición del glóbulo rojo: Volumen corpuscular
medio (VCM) Hemoglobina corpuscular media que contiene (HCM) y Concentración de
hemoglobina corpuscular media (CHCM). Estos índices globulares reflejan mejor
la calidad de la sangre en cuanto en cuanto a su condición transportadora
deoxígeno a los tejidos.
Hematocrito:
Es la proporción de glóbulos rojos y
plasma dentro de la sangre. Lo ideal es que el valor se ubique entre 36 y 55
por ciento, si la cifra está por encima puede significar deshidratación y
pérdida de plasma por traumatismos, como quemaduras, pero si los valores están
por debajo pudieran indicar anemia.
Plaquetas:
Son restos o partículas de células
llamadas megacariocitos, producidas en la médula ósea, cuya función es reparar
las lesiones del endotelio, promoviendo la formación de coágulos. El rango de
referencia es de 150.000 a 450.000 unidades por milímetro cúbico. Enfermedades
propias de la médula ósea y hemorragias fuertes pueden aumentar los valores de
las plaquetas en la sangre; el descenso también puede implicar la presencia de
heridas, enfermedades virales tipo dengue, actividad excesiva del
bazo o contacto con tóxicos que afectan la médula
ósea.
Colesterol:
Es una grasa (alcohol esteroideo
insaturado), componente clave de las membranas celulares, hormonas esteroideas
y ácidos biliares. El organismo lo obtiene por absorción directa intestinal o
por metabolismo del hígado, y circula en la sangre unido a las lipoproteínas.
El rango dependerá del tipo de colesterol, si es LDL o malo, la cifra debe ser
menor de 100 miligramos por decilitro (mg/dl), mientras que si es HDL o bueno
debe superar los 35 mg/dl. Si los valores están altos indica exceso en la
ingestión de grasas, regularmente de origen animal o una tendencia orgánica
individual; y si están bajos pueden indicar déficit nutricional o daños
hepáticos. Su control es relevante para evitar, entre otras afecciones,
accidentes cerebrovasculares y/o cardiovasculares.
Triglicéridos:
Constituyen la forma de
almacenamiento de grasa de mayor proporción del organismo (cerca de un 80%),
ubicada predominantemente en los adipositos de la dermis y otros órganos, como
el hígado. Los triglicéridos tienen dos maneras de estar presentes en el
organismo: por absorción intestinal o por transformación de los carbohidratos,
a través de un proceso llamado neolipogénesis. El rango varía de 40 a 160
miligramos por decilitro (mg/dl). Los valores altos son característicos de una
mala alimentación con predominio de carbohidratos, muy frecuente en personas
obesas; pero si están bajos puede indicar déficit de hidratos de carbono o,
incluso, daño hepático.
Transaminasas:
Incluye dos enzimas que revelan el
funcionamiento del hígado, la ASAT o Aspartato Amino Transferasa y la ALAT o
Alanino Amino Transferasa. Los valores oscilan entre 5 y 40 unidades por
mililitro (ASAT) y de 5 a 35 unidades por mililitro (ALAT). La elevación de la
ASAT es usada para determinar la presencia de isquemias cardíacas o infartos, y
el aumento de ambas se usa como indicador de procesos inflamatorios del hígado.
Creatinina:
Proteína derivada de la creatina que
le da energía a los músculos y se utiliza para evaluar la función renal. Los
rangos de referencia están entre 0.2 y 1.5 miligramos por decilitro en la mujer
(mg/dl) y 0.4 a 1.8 en el hombre. Los valores altos indican insuficiencia
renal, pérdida de masa muscular traumática o ingestión voluminosa de carne;
mientras que los bajos indican sobrehidratación y pérdida exagerada de masa
muscular, sólo en casos de desnutrición.
Glicemia:
El azúcar en la sangre es fundamental
para determinar la presencia de diabetes o de algún trastorno de páncreas. Los
valores ideales se ubican entre 60 y 110 miligramos por decilitro (mg/dl). En
caso de irregularidad, lo más común es que el azúcar esté elevada, lo cual
indicaría falla pancreática, intolerancia a la glucosa o diabetes; pero,
también, puede tender a la baja en personas que hacen ayunos prolongados o
tienen déficit alimentario.
Los minerales:
El cuatro por ciento de los tejidos
humanos está formado por minerales, de ahí la importancia de mantener el
balance en los valores de cada uno de ellos, especialmente del hierro, el
calcio, el sodio y el potasio.
Hierro:
Forma parte estructural de los
huesos, de algunos músculos y de la sangre, por ello resulta esencial para
darle vitalidad al cuerpo humano. Cuando los valores de este mineral están muy
elevados, puede deberse a trastornos en la génesis de la hemoglobina, pero lo
más frecuente es que exista una deficiencia, producto de una reducción sustancial
en su ingestión, de anemia, pérdida importante de sangre o fallas en el proceso
de absorción.
Calcio:
Es el mineral más abundante dentro
del organismo, pues está presente en las estructuras óseas, en la sangre y en
diferentes tejidos, como el cerebro y los intestinos. Regula la actividad
muscular y la contractilidad cardiaca, por lo que desequilibrios importantes
podrían provocar trastornos de funcionalidad neuromuscular. El calcio es uno de
los indicadores de la presencia de osteoporosis en las mujeres: sus valores
pueden estar muy elevados cuando se está en las fases iniciales de la
enfermedad, pero desciende dramáticamente cuando se ha llegado a una
osteoporosis avanzada.
Sodio y potasio:
Ayudan a regular el volumen de agua y
sangre que existe en el organismo, gracias a su participación en el proceso de
intercambio entre la célula y su entorno. Junto al cloro, conforman los
llamados electrolitos, y su determinación juega un papel fundamental para saber
si una persona está deshidratada o tiene algún trastorno en su balance
metabólico.
Recomendaciones
naturales para aumentar los valores
Algunos alimentos como las bayas por su alto contenido en
hierro, antioxidantes y vitaminas, o los dátiles y la guayaba en
cualquier forma, por sus altos niveles de hierro ayudan a tratar la
anemia.
Las bananas, uvas los higos, además
de ser frutas deliciosas, se pueden consumir en infinidad de recetas y postres
e incrementan la cantidad de hierro y hemoglobina en el organismo.
Es importante consumir alimentos con
altas dosis de vitaminas, especialmente B y C, ya que ayudan a absorber el
hierro. También es importante incluir ácido fólico y los alimentos con hierro
como los huevos, los vegetales verdes, el hígado, las legumbres y los frutos
del mar.
El colesterol bueno ayuda al cuerpo a eliminar al
colesterol malo llevándolo al hígado, donde es procesado y eliminado del
cuerpo.
Para mantener en sus niveles
regulares el colesterol bueno están las bayas. Personas que comieron una taza
de bayas al día por ocho semanas tuvieron un aumento en los niveles de
colesterol bueno de 5%, según un estudio.
El aguacate es considerado uno de los
mejores alimentos para su cuerpo. Los aguacates también ayudan a elevar el
colesterol bueno. La mejor manera de comer los aguacates para obtener los
beneficios son frescos y crudos.
El jugo de arándano agrio es un remedio popular para la cistitis
pero lo que mucha gente no sabe es que también es bueno para elevar los niveles
de colesterol bueno.
Otro jugo que es bueno para subir el
colesterol de alta densidad es el jugo de naranja. Un estudio publicado en la revista
American Journal of Clinical Nutrition (AJCN) mostró que el consumo de tres
tazas al día de jugo de naranja mejora el perfil de lípidos en la sangre de
manera significativa. No se sabe todavía a ciencia cierta a qué se debe, pero
sí sabemos que el jugo de naranja es un alimento rico y muy nutritivo.
Para bajar el nivel de azúcar en la sangre los frutos secos son muy beneficiosos.
Aunque éstos se pueden cargar en grasa, es grasa monoinsaturada, que puede
ayudar a reducir el colesterol y reducir la resistencia a la insulina. También
son muy ricos en aminoácidos, que pueden ayudar a reducir la inflamación y
relajar las arterias. Evita las nueces de macadamia debido a su alto
contenido en grasas saturadas. Otras variedades de alimentos como la avena y la
canela son también recomendados.
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