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Diabetes tipo 1: ¿Qué es?

Diabetes tipo 1: ¿Qué es?
Diabetes Tipo 1
Que Hago?
Si su hijo fue diagnosticado con diabetes, su caso no es el único. Cada año, en los Estados Unidos, 13.000 niños son diagnosticados de diabetes tipo 1 y más de un millón de niños estadounidenses y adultos luchan contra esa enfermedad a diario.
Diabetes Tipo 1
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La diabetes es una condición crónica que necesita atención cuidadosa, pero con algo de conocimiento práctico usted puede ser el aliado más importante de su hijo para aprender a vivir con la enfermedad.

¿Qué es la diabetes?

La diabetes es una enfermedad que afecta el modo en que el cuerpo humano utiliza la glucosa, la forma principal de azúcar en sangre. La glucosa proviene de los alimentos que consumimos y es la mayor fuente de energía necesaria para estimular las funciones del cuerpo humano.
Después de consumir una comida, su organismo desmenuza los alimentos y los transforma en glucosa y otros nutrientes que son absorbidos en el flujo sanguíneo desde el tracto gastrointestinal. El nivel de glucosa en la sangre sube después de una comida y pone en funcionamiento al páncreas que genera la hormona insulina y la libera en el flujo sanguíneo. Pero en las personas con diabetes mellitus, el cuerpo está impedido de producir o reaccionar a la insulina adecuadamente.
La insulina trabaja como una llave que abre las puertas de las células y permite el ingreso de la glucosa. Sin la insulina, la glucosa no puede llegar hasta las células (las puertas permanecen "cerradas" y no hay una llave) de manera que se queda en el flujo sanguíneo. Como resultado, el nivel de azúcar en la sangre alcanza niveles más altos de lo normal. Los niveles elevados de azúcar representan un problema porque pueden provocar varios problemas de salud.

¿Qué es la diabetes tipo 1?

Existen dos tipos principales de diabetes: tipo 1 y tipo 2. Ambos, el tipo 1 y el tipo 2 de diabetes hacen que los niveles de azúcar sean más elevados que lo normal. Sin embargo, ambos pueden provocar ese efecto de distintas maneras.
La diabetes de Tipo 1 (antiguamente denominada diabetes insulino-dependiente o diabetes juvenil) se manifiesta cuando el páncreas pierde su capacidad de producir la hormona insulina. Con la diabetes tipo 1 el mismo sistema inmune de la persona ataca y destruye las células del páncreas que producen insulina. Una vez que esas células son destruidas, nunca más volverán a producir insulina.
Aunque nadie conoce con certeza las causas, los científicos piensan que tiene algo que ver con los genes. Pero generalmente tener los genes no es razón suficiente para tener diabetes. Probablemente una persona ha de tener que estar expuesta a algo más -a un virus, por ejemplo- para tener diabetes tipo 1.
La diabetes tipo 1 no puede ser prevenida y no existe una manera práctica de predecir quien la adquirirá. No hay nada que el progenitor o el niño hubieran hecho para provocar la enfermedad. Una vez que una persona contrae diabetes tipo 1, la enfermedad no desaparece y requiere tratamiento de por vida. Los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 dependen de inyecciones de insulina diarias o de una bomba de insulina para controlar los niveles de glucosa en la sangre.
La diabetes tipo 2 (antiguamente denominada diabetes no dependiente de insulina o diabetes del adulto) es distinta de la diabetes tipo 1. La diabetes tipo 2 resulta de la incapacidad del organismo de responder normalmente a la insulina. A diferencia de las personas con diabetes tipo 1, la mayoría de los enfermos con diabetes 2 pueden seguir produciendo insulina, pero no lo suficiente como para satisfacer las necesidades del organismo.

¿Cuales son los signos y los síntomas de la diabetes tipo 1?

Una persona puede tener diabetes y no darse cuenta porque los síntomas no siempre son obvios y pueden tardar mucho tiempo en manifestarse. La diabetes tipo 1 puede aparecer de manera gradual o repentina.
Los padres de un niño con síntomas típicos de diabetestipo 1 probablemente notarán que:
·         orina con frecuencia. Los riñones responden a niveles altos de glucosa en el flujo sanguíneo desechando la glucosa sobrante en la orina. Un niño con diabetes necesita orinar con más frecuencia y en volúmenes mayores;
·         se siente inusualmente sediento. Debido a que pierde mucho líquido al orinar demasiado, el niño siente mucha sed porque necesita evitar el deshidratarse. Un niño que adquirió diabetes consume mucho líquido en su afán por mantener un nivel normal de agua en el organismo;
·         pierde peso (o no aumenta de peso mientras crece) pese a que tiene buen apetito. Los niños y los adolescentes que desarrollan diabetes tipo 1 probablemente tendrán más apetito, pero a menudo pierden peso. Eso se debe a que el cuerpo humano agota los músculos y las grasas acumuladas en un esfuerzo por proveer la energía que necesitan las células extenuadas;
·         a menudo se siente cansado porque el cuerpo no pueden convertir la glucosa en energía adecuadamente.
Pero en algunos casos, otros síntomas pueden ser la señal de que algo anda mal. A veces el primer signo de la diabetes es mojar la cama cuando el niño ha estado usualmente seco durante la noche. También se puede sospechar de diabetes si una infección fungica vaginal (también denominada infección por Cándida) aparece en una niña prepuberal.
Si estos síntomas tempranos de diabetes no son reconocidos y no se empieza un tratamiento, unos elementos químicos denominados acetonas pueden desarrollarse en la sangre del niño y producir dolores de estómago, nauseas, vómitos, mal aliento, problemas de respiración e incluso pérdida de conciencia. A veces esos síntomas son confundidos con los signos de la gripe o la apendicitis. Los médicos denominan esta condición seria cetoacidosis diabética, o DKA por sus siglas en inglés.
Además de los problemas a corto plazo como los mencionados arriba, la diabetes puede causar complicaciones a largo plazo en algunas personas, incluso enfermedades del corazón, apoplejía, trastornos visuales y afecciones en el riñón. La diabetes también puede provocar otros problemas en otras partes del organismo, en los vasos sanguíneos, los nervios y las encías. Estos problemas generalmente no se manifiestan en niños con diabetes tipo 1 que tienen la enfermedad solo por algunos años. No obstante, éstos pueden mostrarse en la edad adulta en algunas personas con diabetes, particularmente si no han manejado o controlado su diabetes adecuadamente.
Hay buenas noticias, sin embargo: un tratamiento adecuado puede detener o controlar esos síntomas de diabetes y reducir el riesgo de problemas a largo plazo. Los médicos pueden determinar con certeza si una persona tiene diabetes a través de exámenes de glucosa en muestras de sangre. Si usted piensa que su hijo tiene síntomas de diabetes, hable con su médico. Si se sospecha o confirma el diagnóstico de diabetes, el medico probablemente enviará a su niño a un endocrinólogo pediatra , un médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de niños con enfermedades en el sistema endocrino, como la diabetes y los problemas de crecimiento.

Vivir con diabetes tipo 1

Los niños y adolescentes con diabetes necesitan observar y controlar sus niveles de glucosa. Tienen que:
·         medir los niveles de azúcar en la sangre unas cuantas veces al día por medio del examen de una muestra de sangre.
·         administrarse inyecciones de insulina, dejar que un adulto le administre las inyecciones o usar una bomba de insulina.
·         alimentarse con una dieta balanceada y saludable y prestar atención especial a los niveles de azúcares y almidón en las comidas y el horario de las mismas.
·         hacer ejercicio con regularidad para controlar los niveles de azúcar en sangre y evitar algunos de los problemas de salud a largo plazo que la diabetes puede causar, como las enfermedades del corazón.
·         trabajar de cerca con su médico y el equipo de salud para lograr el mejor control posible de la enfermedad y la detección de los signos de complicaciones por diabetes y otros problemas de salud que frecuentemente se manifiestan en niños con diabetes tipo 1.
Vivir con diabetes es un desafío, no importa cual sea la edad del niño, pero los niños pequeños y los adolescentes, a menudo tienen asuntos especiales que atender. Los niños pequeños tal vez no entiendan por qué las muestras de sangre y las inyecciones de insulina son necesarias. Pueden asustarse, enojarse y negarse a cooperar.
Los adolescentes pueden sentirse diferentes con respecto a otros jóvenes y tal vez anhelen experimentar un estilo de vida más espontáneo que el permitido por la diabetes. Incluso cuando siguen a conciencia el regimen de tratamiento, los adolescentes con diabetes pueden sentirse frustrados cuando los cambios corporales durante la pubertad dificulten aún más el control de la diabetes.
Tener un hijo con diabetes puede ser abrumador a veces, pero usted no esta solo, o sola. El equipo médico que trata la diabetes no solo es una gran ayuda para los controles de azúcar en la sangre y asuntos médicos, sino también para respaldar y ayudar a usted y su hijo a adecuarse y vivir con diabetes.

¿Cuales son los últimos avances en el tratamiento de la diabetes tipo 1?

Los médicos y los investigadores están desarrollando nuevos equipos y tratamientos para ayudar a los niños a lidiar con los problemas característicos del crecer con diabetes.
Algunos niños y adolescentes ya están utilizando aparatos que hacen que las muestras de glucosa sanguínea y las inyecciones de insulina sean más fáciles, menos dolorosas y más efectivas.
Uno de esos aparatos es la bomba de insulina, un aparato mecánico que puede ser utilizado para compensar las falencias del páncreas en la distribución de la insulina.
También se ha registrado progreso en el desarrollo de un "páncreas artificial" portátil o en forma de implante. Este aparato consiste en una bomba de insulina conectada a un artefacto que mide continuamente el nivel de glucosa sanguínea en la persona.
Los médicos y los científicos también están investigando una potencial cura para la diabetes. Consiste en el transplante de células productoras de insulina en el organismo de la persona con diabetes. Los investigadores también están probando métodos para evitar la diabetes antes de que se manifieste. Por ejemplo, los científicos están estudiando si la diabetes puede ser prevenida en las personas que pudieron haber heredado un alto riesgo de contraer la enfermedad.
Hasta que los científicos hayan perfeccionado mejores métodos para el tratamiento o incluso la prevención o cura de la diabetes, los padres pueden contribuir a que sus hijos vivan vidas más felices y saludables proporcionándoles aliento constante, preparándolos con información acerca de la diabetes y asegurándose de que los niños se alimenten adecuadamente, hagan ejercicio y mantengan al día sus controles de azúcar en sangre. Llevar adelante estos objetivos permitirá que los niños participen en todas las actividades que practica el resto de los niños, y crecer y convertirse en adultos saludables, bien adaptados y productivos.


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