Como controlar la diabetes - Escribir ayuda a curar las heridas
Un estudio realizado en 2013 por la Universidad de
Auckland, Nueva Zelanda, reveló que expresar las emociones mediante la
escritura puede hacer que el cuerpo sane más rápido. Especialistas locales en medicina,
dermatología, psiquiatría y literatura opinan
Existen
diversos mitos alrededor de la cicatrización de las heridas físicas. Uno de
ellos es la utilización de productos caseros como el café para cerrar las
cortaduras, o cuando existen quemaduras lo usual es ver a personas untarse
crema dental.
Lo correcto
es acudir a los profesionales de la medicina puesto que se corre el riesgo, al
actuar de manera subjetiva, de que se infecte una herida o no se tomen las
medidas correctas, abriendo de paso el camino para complicaciones de
salud.
Sin embargo,
por estos días, más allá de los antiinflamatorios y antibióticos que
normalmente recetan los médicos, existe una teoría alterna de cicatrización,
basada en la acción de escribir.
Así lo
demostró un estudio llamado ‘La influencia de la escritura expresiva en la
cicatrización de heridas físicas en adultos’ realizado en 2013 en la
Universidad de Auckland, como controlar la diabetes Nueva Zelanda.
El análisis
concluyó luego de una prueba controlada realizada a 49 adultos sanos, que se
sometieron a recibir heridas por punción de cuatro milímetros.
Después de
dejarse provocar la herida, los pacientes debían escribir por 20 minutos
al día, durante tres días consecutivos, sobre eventos angustiantes vividos o
sobre sus actividades diarias.
Entre tanto,
las heridas fueron fotografiadas rutinariamente por 21 días para monitorear el
proceso de cicatrización en la piel.
Los investigadores
detectaron dos semanas antes de la biopsia de las heridas, que el 76% del grupo
que escribió había sanado completamente. Mientras que el 24% del grupo de
control no se pudo recuperar del todo.
El estudio
concluyó entonces que escribir ayudó a los participantes a dar sentido a los
acontecimientos y reducir la angustia.
Análisis médico. La médico barranquillera Kathlyn Camargo defiende
la teoría encontrada por la Universidad de Auckland; sin embargo, admite que
“esta hipótesis se puede revaluar desde la ciencia de la siquiatría, ya
escribir en este caso se entiende como una manera de expresión”.
La
siquiatra Consuelo María Zarco destaca, al respecto, que “la escritura es
muy utilizada en las terapias con pacientes que padecen de esquizofrenia, quienes
escriben día a día, a manera de diario, los sentimientos de frustración, enojo
o apego que puede sentir en medio de una crisis esquizofrénica. Este ejercicio
se hace cuando la persona está fuera de dicha crisis, para que luego, en sano
juicio, pueda leer y evidenciar los dos estados mentales que puede alcanzar”.
La
especialista en siquiatría señala que un individuo que solo posea una herida
física bien puede sanarla escribiendo.
“Muchos
estudios han tocado el tema de la escritura como elemento de descarga
emocional, pero si llevamos esa descarga a una relación directa con la
cicatrización puede ser muy válida, debido a que el cerebro experimenta la
sensación de desahogo, tratamiento para la diabetes lo que conlleva a un estado de relajación en la mente
que se ve evidenciado en todos los sistemas del cuerpo, entre esos el sistema
inmunológico que se encarga de restaurar todas las células”, anota Zarco.
La
dermatóloga samaria Carolina Mendoza dice que “los procesos de cicatrización
dependen únicamente de los factores endógenos, tales como: el tipo de
coagulación, diabetes mellitus y factores inmunológicos”, y agrega que “las heridas
físicas deben tener un cuidado riguroso. Por ello hay que tomarse los
antiinflamatorios y antibióticos recetados por el médico, realizar una curación
diaria para evitar cicatrices de por vida en la piel y tratar de prevenir
infecciones externas, cubriendo la herida las primeras 48 horas”.
Escritura como desahogo. Los expertos consultados
coinciden en que la escritura es de las mejores terapias para desahogar y
relajar la mente. Eso mismo piensa el licenciado en literatura Hernán González,
quien dice que “escribir es la sensación más precisa para desahogarse, teniendo
en cuenta el alto grado de expresión que se vive cuando se está frente a una
hoja en blanco”.
González, especializado
en construcción textual, afirma que “los recursos que se utilizan al momento de
escribir son la imaginación, los sentimientos y las vivencias y por eso es una
gran terapia escribir. En ese momento aflora ese conjunto de situaciones
altamente positivas para la mente y, por qué no, para el cuerpo”.
Igualmente,
la psiquiatra Zarco anota que “las situaciones, tanto negativas como positivas,
se deben exteriorizar para tener un equilibrio mental, y es probable que
las heridas físicas también puedan tener una diciente mejoría, si se tiene en
cuenta que la mente se encarga de subsanar todo lo relevante a nuestros
cuerpos”.
Tipos de heridas
Hay
diferentes tipos de heridas y unas necesitan una atención más urgente que
otras. Su aspecto dará una idea de qué tipo de herida se trata. Existen las de
tipo abierto con separación de la piel: con esta se debe comprobar la distancia
que hay de un borde a otro de la herida y la profundidad. Si no es muy abierta,
no será necesaria una sutura. Le siguen las cerradas, en las cuales no se
observa separación de la piel, pero generalmente hay hematoma. Suelen estar
producidas por golpes y requieren una atención rápida para descartar el
compromiso de algún órgano o de la circulación. Las heridas simples son otro
tipo que alcanzan solamente a la piel sin afectar ninguna función del
organismo. La persona solo manifiesta dolor local, no se queja de dolor en
órganos internos. Y, por último, están las heridas complicadas, que son
extensas y profundas, con hemorragia abundante y generalmente conllevan
lesiones de músculos, nervios, vasos u órganos internos. Son muy llamativas y
se reconocen fácilmente a simple vista. Estas deben tener un tratamiento
especial.
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