Diabetes definicion. Obesidad, una epidemia también
entre los más chicos
Pronóstico. Esta patología puede provocar
hipertensión y diabetes mellitus, y futuros adultos con alto riesgo de sufrir enfermedades
cardiovasculares.
Actividades que antes eran cotidianas, espontáneas
e inherentes a la niñez y la adolescencia son ahora recomendaciones médicas
fundamentales para prevenir –y revertir– el sobrepeso y obesidad infantil.
En la provincia, “entre un 25 y un 30 por ciento de
los chicos en edad escolar tiene sobrepeso. Si no se corrige, asegura un adulto
con problemas”, señala el secretario de Salud, Daniel Pizzi.
Es decir, son chicos que tienen más células grasas
y adipositos, es decir, células especializadas en almacenar energía en forma de
grasa, que lo normal.
Estos bebés tienen grandes chances de sufrir
sobrepeso y obesidad.
El neurólogo Francisco Cáceres, director de Ineba
(Instituto de Neurología de Buenos Aires), advierte sobre la problemática del
sedentarismo y la obesidad en niños y jóvenes precisamente a partir de causas
sociales como el miedo de los padres a que los chicos salgan solos a la calle,
la proliferación de los juegos electrónicos, el poco ejercicio que se realiza
en el colegio y el bombardeo publicitario de golosinas, cereales azucarados y
gaseosas.
“Todos factores de riesgo para enfermedades
cardíacas y accidentes cerebrovasculares (ACV)”, afirma.
María Inés Somoza, jefa de Nutrición del Hospital
Universitario Fundación Favaloro y directora de la carrera de Nutrición, estima
que “el 80 por ciento de los adolescentes con sobrepeso continuará teniéndolo
en la adultez. Además, los trastornos vinculados con la obesidad y el síndrome
metabólico que se presentan en la infancia, tienden a perpetuarse; y los casos
de diabetes tipo 2 en pediatría son cada vez más frecuentes. Por lo tanto, el
tratamiento y la prevención de la obesidad son prioritarios”.
“En los niños y adolescentes de 2 a 19 años, el
sobrepeso se define por un índice de masa corporal (IMC) igual o superior al
percentilo 85”, define Somoza.
En todo el mundo se registra un cambio dietético
que tiende hacia un incremento del consumo de “alimentos hipercalóricos con
abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros
micronutrientes saludables”.
Somoza considera que para el abordaje de esta
problemática hay que entender que “el origen es multifactorial”, que “no existe
un único alimento o nutriente responsable” y que la nutrición y un estilo de
vida saludable, “deberían ser incluidos por el equipo de salud dentro de la
rutina de control y cuidado de los niños”.
A fin de prevenir la obesidad, es fundamental
comenzar el día con “un desayuno sano, nutritivo, rico en lácteos y frutas”,
así como respetar “las cuatro comidas, evitando las gaseosas. Aún las
dietéticas”, propone Pizzi.
Además, sugiere “disminuir en forma gradual el
consumo excesivo de azúcar y sal” y opina que “no debería haber alimentos
prohibidos o contraindicados, excepto una prescripción médico nutricional
específica que lo requiera.
Conciencia preventiva
La familia es, entonces, la que debe comprometerse
para promover una alimentación saludable desde la infancia. Asesorarse con un
médico sobre nutrición y actividad física es un buen comienzo.
Afirma que, además, se requieren políticas
públicas, planeamiento de ciudades y regulación del consumo y la industria de alimentos
y que, a nivel comunitario, es fundamental emplear esquemas “para disminuir el
consumo de bebidas azucaradas y de alimentos con alto contenido de grasas,
sodio y azúcares refinados”. Afirma que eso debe combinarse con la producción y
accesibilidad a frutas y verduras, el rotulado obligatorio de alimentos
procesados, la aplicación de programas de actividad física y la creación de
espacios públicos para juegos y deportes.
Por eso se decidió incorporar la “pausa activa
áulica” que promueve la realización de alguna actividad física en el aula para
“incorporar el movimiento en los chicos.
“Capacitamos a unos 250 quiosqueros para que hagan
la reconversión”, asegura Carlos Paz.
Estadísticas provinciales
En 2012, la Dirección de Jurisdicción de Maternidad
e Infancia de la provincia de Córdoba realizó un estudio sobre una base de
70.814 niños de 0 a 60 meses de la base del Plan Nacer (actual Programa Sumar)
atendidos en el sector público de toda la provincia.
Los resultados del trabajo realizado en el Programa
de Sanidad Escolar (Prosane) durante 2013, realizado sobre niños de primer y
sexto grado, mostró que el sobrepeso y la obesidad fueron los problemas de
malnutrición más importantes. Sobre un total de 7.521 niños controlados, 3.771
tuvieron peso normal; 2.053, sobrepeso (27 por ciento); 794, obesidad (10,5 por
ciento) y 828 bajo peso.
Sugerencias de la Organización Mundial de la Salud
–Lactancia materna exclusiva.
–Evitar añadir azúcares y almidones a la leche
artificial.
–Aceptar la capacidad del niño para regular su
propia ingesta de calorías, en vez de obligarlo a vaciar el plato.
–Servirles un desayuno saludable antes de acudir a
la escuela. Hacer lo posible para que las comidas se hagan en familia.
–Reducir el tiempo de inactividad (televisión,
computadora).
–Alentar el viaje al colegio y otras actividades
sociales a pie o en bicicleta.
–Integrar la actividad física en las rutinas de la
familia a partir de paseos y juegos activos en los que todos participen.
–Asegurarse de que la actividad sea apropiada para
la edad y con medidas de seguridad (uso de casco, coderas y demás elementos).
No hay comentarios:
Publicar un comentario