Diabetes y alcohol. Una
mala alimentación genera más enfermedades que el sedentarismo, el alcohol y el
tabaquismo juntos
Es el exceso de azúcar y de carbohidratos en
nuestra dieta, y no falta de actividad física, lo que está detrás del aumento
de la obesidad. Es hora de terminar con el mito de que el sedentarismo está
detrás de la obesidad. Una mala dieta es la única responsable. De esta forma
tan controvertida comienza un editorial en el «British
Journal of Sports Medicine»
que asegura que si bien el ejercicio
regular es clave para evitar enfermedades graves, como la diabetes consecuencias, patologías
del corazón o la demencia, nuestras dietas hipercalóricas son las máximas
responsables de la pandemia de obesidad.
En los últimos 30 años, en los que la
obesidad se ha disparado, ha habido pocos cambios en los niveles de actividad
física en la población occidental. Esto, aseguran, señala ineludiblemente a la
cantidad de calorías consumidas. Sin embargo, la epidemia de obesidad
representa sólo la «punta de un iceberg» mucho más grande sobre las
consecuencias adversas para la salud de una mala alimentación. Por ejemplo, de
acuerdo con el informe sobre la carga mundial de enfermedades publicado en «The
Lancet», la mala
alimentación genera ahora más enfermedades que la inactividad física, el
alcohol y el tabaquismo juntos. Sin embargo, este es un hecho que pasa
desapercibido a los científicos, médicos, periodistas y políticos. En lugar de
ello, se ha desatado un mensaje inútil por mantener un «peso saludable» basado
en contar las calorías de los alimentos y todavía hoy día muchas personas creen
erróneamente que la obesidad se debe enteramente a la falta de ejercicio.
Industria tabaquera
Para los autores de este artículo, A.
Malhotr, del Frimley Park Hospital
(Gran Bretaña), T. Noakes, de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica),
y S. Phinney, de Universidad de California-Davis
(EE.UU.), esta falsa percepción tiene sus raíces en las campañas de
la industria alimentaria que utiliza tácticas muy similares a las de las
grandes tabacaleras. Así, al igual que hizo la industria del tabaco cuando se
publicaron los primeros vínculos entre el tabaco y el cáncer de pulmón, la
maquinaria de la industria ha fabricado mensajes de «negación, duda, confusión».
De dónde provienen las calorías es crucial, señalan; así, las calorías
del azúcar promueven el almacenamiento de grasas y el hambre, mientras que las
de la grasa inducen plenitud o ‘saciedad’.
No se puede correr más rápido que una mala
dieta
Según los autores, un gran análisis publicado
en «PLoS
ONE» reveló que por cada exceso de 150 calorías de azúcar (por
ejemplo una lata de refresco de cola), se producía un aumento de casi 11 veces
en la prevalencia de diabetes tipo 2, en comparación con las mismas 150
calorías obtenidas de la grasa o proteína. Y esto es independiente del nivel de
actividad física y del peso de la persona.
Y otro trabajo publicado en «Nutrition» concluyó que la restricción de carbohidratos en la dieta
es la intervención más eficaz para reducir todas las características del
síndrome metabólico y debe ser el primer enfoque en el manejo de la
diabetes consecuencias, con beneficios incluso sin no hay pérdida de peso,
¿Y los carbohidratos? Las razones que se
esgrimen señalan que el cuerpo tiene una capacidad limitada para almacenar
carbohidratos y que son esenciales para el ejercicio más intenso. Sin embargo,
estudios recientes sugieren justo lo contrario. Un trabajo publicado en «British Journal of Sports
Medicine» establece que la adaptación crónica a una dieta alta en
grasas y baja en carbohidratos induce altas tasas de oxidación de grasas
durante el ejercicio, suficiente para la mayoría de los deportistas en la
mayoría de las disciplinas deportivas.
Mejorar entorno alimentario
Por todo ello, argumentan, los mensajes
saludables difundidos sobre la industria de la alimentación deben cambiar. Más
que decisiones de educación a la población, si mejora el ‘entorno alimentario’,
las personas tomarán decisiones individuales más saludables que «tendrán un
impacto mucho mayor en la salud de la población que el asesoramiento o la
educación. La opción sana debe convertirse en la opción más fácil», dicen.
Y concluyen: «es hora de terminar con los
daños causados por la maquinaria de la industria de 'comida basura'. No se
puede correr más rápido que una mala dieta».
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